Tras jornadas de más de 12 horas en urgencias, cirugías complicadas y turnos en hospitales donde los pies reciben todo el impacto, elegir un calzado sanitario cómodo y ligero es vital. No hacerlo conlleva problemas de espalda, dolores musculares y molestias en las piernas que acabaran pasando factura.
El calzado sanitario homologado ha sido diseñado y fabricando como resultado de estudios de la pisada e impactos en el pie en situaciones reales dentro de hospitales.
Como consecuencia, la normativa determina qué materiales son los que se deben utilizar en su fabricación, qué peso, cómo debe ser la suela o qué medidas de seguridad deben incluir para ser homologados.
El calzado cómodo, flexible, ligero, ergonómico, antideslizante y fácil de limpiar o desinfectar debe ser la prioridad de las principales fabricantes en calzado sanitario. Se recomienda principalmente llevar calzado cerrado, aunque no es obligatorio.